EL DERROTISTA

MY CHEMICAL ROMANCE: ¡Vaya! Leo con pasión diariamente el parte de actuaciones varias de la Policía Local de Cádiz que nos remiten los compañeros del Gabinete de Prensa. Normalmente se repiten las incidencias –accidentes leves de tráfico, entrega de llaves o carteras extraviadas y apercibimientos por fumar, no precisamente ducados, en la Plaza Mina-. Pero recientemente me llamó demasiado la atención el leer: “se denuncia por realizar pintadas en un banco de madera con el texto my chemical romance”. Y ocurría concretamente en la Plaza de España, a las 00.30 horas. Vale, que sí, que está feo pintarrajear el mobiliario urbano… pero y ese mensaje en inglés, ¿no es intrigante? Porque parece evidente que los guardias le reprocharon a esta persona el hecho de expresarse, gráficamente, en un espacio inadecuado… ¿no? O acaso se sancionó la pintada en sí… Entonces ¿por qué reflejar en el parte de denuncia el texto literal? ¿Hay algo detrás de ese my chemical romance, que no sepamos –al menos que ignore yo-? Total, que no me quedé tranquilo con ese mensaje que traducido resulta algo así como mi romance químico. Toma ya… y me puse a investigar –sí, hijo, a cualquier cosa le llaman ya periodismo de investigación- en mi amigo google, que me aseguró que es el nombre de una banda estadounidense que practica un estilo de música que va desde el post hardcore hasta el rock alternativo. Música basada en películas de horror, y por eso se podría catalogar como emo. ¿Emo? ¿Y eso qué es amigo google?: “apócope de emotional hardcore o emo-core y hace referencia a las letras de los grupos del género, caracterizadas por abordar variadas emociones y estados de ánimo, buscando asimismo generar estas mismas emociones en el oyente”. Joder… pero hay más… “Como adjetivo, emo puede describir un estilo de comportamiento o un estado general de infelicidad o melancolía. Es un estilo de vida que la gente adopta; en especial las personas jóvenes. Los que se consideran emos, fuera del ámbito musical, son personas que con su estética intentan parecer personas tristes y amargadas, basan todo su físico en problemas emocionales”… O sea, que el chaval que se expresaba a medianoche con el rotulador en el banco, de madera, de la Plaza de España es un chico tristón, medio amargado, a punto de tirarse por los bloques… y ahora vienen dos municipales y me lo multan… No, no hay derecho, señores guardias, no tienen compasión… ¿acaso le preguntaron el porqué? Todo tiene un porqué en esta vida, menos la vida misma, que no tiene sentido. Pero no, agentes, sólo se fijaron en el delito de manchar con tres palabros el respaldo de un banco, que va a seguir siendo banco igual, para reposar el culo y la espalda, con graffiti o sin este. ¿Por qué un chico a las doce y media de la noche tatúa my chemical romance, en un banco? Porqué coartar al chaval que estaría ensimismado en su mundo y sus problemas… porqué sumarle otro con la dichosa multa… Mañana me pasaré por la plaza y buscaré el banco y la prueba del delito, me sentaré, y seguiré dándole vueltas al porqué lo hizo… porqué hacemos lo que hacemos, porqué los agentes hicieron lo que hicieron, sin pensar en las consecuencias… Acaso no es más grave hacer ostentación de… ¿patriotismo…, de poder? Por que una megabandera de más de 70 metros cuadrados a 20 metros de altura ¿qué quiere decir? Una bandera que se raja y se rompe por su propio peso, por el peso de la vergüenza… aay, qué verdad aquella de que EspÁña se rompe, y mucha culpa la tienen los que van pintarrajeando inscripciones que dicen mucho más que un simple trapo rojo, amarillo y rojo.

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